Bienvenidos a este blog de finalidad puramente didáctica. En él pretendo hacer un taller de escritura con mis alumnos/as de ESO y Bachiller del Colegio Sagrada Familia PJO de Valencia destinado a la mejora de su redacción, el fomento de su creatividad e imaginación y el gusto por la lectoescritura.
Estoy mezclando información de Internet y de los libros que tengo en casa para redactar las propuestas de trabajo. Si algún autor se siente molesto o no quiere que sus aportaciones estén presentes en este blog, sólo tiene que remitirme un correo y lo más pronto posible subsanaré la cuestión. Disfrutad de la lectura y de la práctica.

jueves, 27 de marzo de 2014

CUARTA PRÁCTICA ( el narrador I )

Bienvenidos de nuevo a todos/as.

Después de las primeras tres sesiones en el que objetivo fundamental era romper el hielo, superar el trauma del papel en blanco y donde os propuse una serie de ejercicios para practicar de una forma más genérica diferentes aspectos, especialmente la inspiración y la descripción de espacios y personas, vamos a afrontar ahora un minibloque de tres sesiones más o menos en el que trabajaremos aspectos relacionados con la forma de narrar una historia.

Vamos a buscar hoy la mejor voz. No no os asustéis que esto no es Tele 5 ni vais a tener que cantar. Me refiero a la voz narrativa. Es muy importante escoger adecuadamente quién nos cuenta la historia, quién será el narrador. Ya sabéis que hay tres personas o tres modalidades (la primera, segunda y tercera persona del singular -el yo, tú él de toda la vida-)

A menudo surge de forma espontanea la voz adecuada cuando se nos ocurre algo que escribir, pero cuándo escribimos de una forma más habitual, debemos de buscar la voz apropiada para lo que queremos contar. Todas las historias suelen funcionar mucho mejor de una forma o de otra. es muy importante pues realizar una elección adecuada.

Y también hemos de tener en cuenta, para usar el enfoque y el lenguaje adecuado, si el que cuenta la historia es un niño, una mujer, un adolescente, un anciano, un universitario o un habitante de los bajos fondos por poner sólo algunos ejemplos. Pero esto ya lo trabajaremos más adelante. 

El narrador puede estar dentro de la historia o fuera de nuestra historia o las dos cosas a la vez. Me explicaré mejor con un ejemplo:

En el fragor de la batalla no era consciente de lo que en realidad ocurría a mi alrededor. La sangre resbalaba por mi espada y no dejaban de aparecer nuevos enemigos a los que enfrentarme, no había respiro, no había descanso, no había un mañana. Era ese momento, el instante sublime en el que morir o matar. Cintaba, atacaba, sesgaba, retrocedía, avanzaba: sobrevivía.

En cambio, a mi lado mis compañeros seguían cayendo. Por el rabilo del ojo vi caer a Lucio. Él que tenía cuatro hijos y que se había visto obligado a defender a su patria ante el ataque de los enemigos, él que era un buen hombre y qué jamás había hecho otra cosa que cumplir con sus obligaciones, amar a su esposa y criar a sus hijos. Él moría, yo vivía. ¿Por cuánto tiempo más? 

En esta microhistoria que me acabo de inventar vemos como se alternan dos voces narrativas, la primera y la tercera y esa es una ventaja para el que narra una historia en primera persona. Se puede convertir en protagonista de la trama y al mismo tiempo puede ser un observador de la realidad que pasa a su alrededor narrándola en tercera persona.

Otro ejemplo, el más habitual y el que más juego suele dar, es el narrador omniscente, es decir, el que narra la historia en tercera persona. Un pequeño ejemplo:

Francisco salió de su casa y comenzó a caminar. Sus pasos le condujeron hasta el parque dónde trataba todas las mañanas de encontrarse de manera "accidental" con Élla. La misma chica, la misma hora, el mismo paseo, el mismo perro. A pesar de haber pasado seis meses observándola, no sabía nada de ella. Sólo sabía que le gustaba mucho, que su vida giraba en torno a aquel minuto en el que poder verla pasar. Los abuelos daban de comer a las palomas en los bancos sin prisa alguna, las madres acompañaban a los niños a los columpios, muchos corredores aprovechaban el aire limpio del parque para hacer footing. El mundo giraba, y sólo se detenía cuando aparecía Élla.

En este otro ejemplo, el narrador lo sabe todo, es una especie de Dios que crea su mundo, que conoce todos los secretos de sus personajes, que pueda entrar y salir de la mente de caulquiera de sus personajes, que puede crear el paisaje y parque como quiera, puede detenerse o avanzar, ponerse en el lugar de uno o de otro. Es todo poderoso, es omniscente. Es como una cámara o una voz en off que habla o calla lo que quiere.

Y después está la segunda persona, la más ambigua, la más dificil para mi. Un ejemplo:

Te detienes frente al escaparate y observas el interior. Miras a derecha e izquierda tratando de encontrarla. No le ves y pataleas el suelo nerviosa. Estás empezando a desesperarte, sudas a pesar de que estamos en enero y hace un frío de mil demonios, pero los nervios te traicionan. Será hoy o nunca, acabarás con este asunto o sucumbirás en las redes de la locura. Conseguirás aquel microchip o la CIA acabará contigo más pronto o más tarde. 

Este es un narrador ambiguo. No sabemos nada de él, no nos da pistas. No sabemos si es testigo de los hechos o está fuera como narrador omniscente. ¿Quién es esa voz que interpela a nuestro protagonista? ¿es parte de la historia? ¿Es bueno O es malo? ¿Interviene o no? Es muy misterioso y se le puede sacar mucho partido en relatos breves.

PROPUESTA DE TRABAJO

Perdonadme si hoy me he extendido en exceso, pero era necesario. Hoy vamos a continuar una historia que os voy a proponer a continuación y que narraré en tercera persona, pero cambiando a la primera. 

Francisco acabó de trabajar un poco más pronto de lo normal y arrastrando sus pasos llegó a casa. Casi ningún cliente había aparecido hoy en el local y el jefe decidió cerrar. Ahorrar un poco de luz y descansar no vendría mal. Al día siguiente sería viernes y el fin de semana siempre era mejor para el negocio. 
Abrió la puerta silenciosamente, era medianoche y su mujer debería estar durmiendo ya. Le extraño el sonido de voces y los murmullos que provenían de la habitación. Enfiló el pasillo y se dirigió hacia el tenue resplandor.

Continuad la historia de Francisco en primera persona. Echadle imaginación. Ánimo.

jueves, 20 de marzo de 2014

TERCERA PRÁCTICA (la inspiración)

Escribir es una cuestión vocacional. No escribes para ser rico, ni para ser famoso, ni para recibir alabanzas, ni para perseguir el reconocimiento. escribes porque te gusta, porque lo disfrutas, porque te lo pide el cuerpo.

Lo disfrutas, los gozas, descargas sentimientos, vuelcas inquietudes, das rienda suelta a tu espíritu. Hay momentos en los que la Musa te atrapa, te susurra al oído. Ten siempre boli y papel a mano. ¿Vas a dejar pasar esa idea?

Inspiración significa recibir aliento. Es hija de la mamá imaginación y prima de la creatividad. Su padre es el trabajo. Aquí os dejo un enlace a una página web donde hay nueve consejos para potenciar la creatividad que son muy interesantes.

Ya tienes la Idea, no la has dejado escapar, la has anotado, la has esbozado y te has entregado a élla. Bailará en tu cabeza durante mucho tiempo o se irá para volver o no regresar jamás. Tampoco pienses que todas tus ideas, todo lo sugerido por la Musa será el germen de algo más. Tal vez la recuperes años después, tal vez la olvides, tal vez la mezcles con otras. pero si no las tienes anotadas se perderán. Y eso no lo debemos permitir.

Y cuando la Idea te atrape, se irá abriendo camino en tu mente hasta que llegue un momento en el que no podrás aguantarlo más y se te sentarás a plasmarla. La historia te pedirá cuándo escribirla.

¿Y cómo la escribimos?

Lo primero de todo es que nos tenemos que creer lo que contamos. Y luego debemos facilitar los mecanismos de la inspiración. Uno de esos mecanismos, el inicial es la pura y simple observación. Siendo sensible a nuestros sentidos y a la forma de percibir las cosas, los que escribimos somos buenos y pacientes observadores. O deberíamos serlo.

Aquí llega el ejercicio de hoy:

Si en la sesión anterior describimos personas, otra forma de observar nuestro entorno es describir lugares. y para ello vamos a hacer dos cosas. O bien nos levantamos de la mesa y durante un rato nos asomamos a la ventana para contar lo que vemos o bien, salimos a dar una vuelta por el barrio y buscamos ese lugar en el que nos sentimos bien, que nos gusta, que tiene encanto, que no sabemos explicar porque motivo nos atrae. Un parque, un banco en una calle, un lugar en las alturas, un rincón mágico, un lugar vulgar... Tú eliges.

Pero no lo vamos a hacer desde vuestro punto de vista. No, sería demasiado fácil y obvio. Vamos a usar la visión de una tercera persona ajena a nosotros mismos: un niño que se columpia, un anciano que observa la vida pasar, un repartidor atareado que no puede aparcar, un taxista que ha parado a fumarse un cigarrito, un comerciante que se queja de todo, una meretriz en una esquina, una paloma en un árbol. Tú eliges.

También os recomiendo una técnica de observación que le leí a Paulo Coelho en un libro sobre el Camino de Santiago y que consiste en ralentizar la marcha para ver mejor. Muchas veces observamos las cosas muy deprisa. Hoy vamos a convertirnos en caracol y vamos a ir mucho más despacio. Observaremos más escucharemos más, repararemos en detalles que antes no habíamos tenido en consideración. Pruébala. Seguro que te resultará interesante.

Un saludo y hasta la próxima.




miércoles, 12 de marzo de 2014

SEGUNDA PRÁCTICA (la descripción de personas)


En un relato es importante el contenido (ritmo, personajes, bellas palabras…) pero ese contenido debe llevar implícito un continente, un espacio donde se desarrolla la trama, el pensamiento, la batalla, la acción: una casa, una habitación, una montaña, un campo de batalla, una persona…

Describir algo o alguien es expresar con palabras la visión del mundo que te rodea. En Literatura hay veces que el autor deja libre la percepción del lector, que se imagina a su forma dónde se está desarrollando la trama o cómo es la persona que nos conduce por las páginas, la persona a la que nos encontramos, etc.

Hoy nos centraremos en las personas. Describir una persona puede ser una excusa para tirar de tópico: bellos ojos, preciosa sonrisa, pelo rubio como el sol, dientes blancos como el mármol…
Los autores tratan de aportar algo nuevo cuando escriben y por ese motivo debemos huir de los tópicos, que no aportan nada y son considerados por el lector como una falta de recursos y de imaginación. Bajo mi modesta opinión, si vas a decir que tiene cuerpo de diosa, es mejor que no digas nada y dejes volar la imaginación del lector.

Es mejor sugerir que mostrar. Esa es mi conclusión (y la de otros muchos) al respecto.

Aunque también es cierto que una buena descripción de una persona ayuda a entender su forma de actuar o de pensar. Tenemos que decidir qué datos del personaje son los más relevantes para la descripción. Es decir, que nuestro comentario sobre ese aspecto aporte aspectos destacables sobre su personalidad y evitemos explicar cosas que no son necesarias.
Y ahora el ejercicio de hoy:
Debemos hacer una descripción de una persona, lo más guapa o fea posible que queramos incluir en un relato. Imaginad una situación y la aparición de alguien que nos deja sin aliento. Describe por qué te deja así y como es.

Ánimo.

OS INVITO A PARTICIPAR Y HACER LOS EJERCICIOS CONMIGO. SI ME LOS MANDÁIS EN COMENTARIO O POR EMAIL, LOS PUBLICARÉ AQUÍ Y PODREMOS APRENDER JUNTOS...

PRIMERA PRÁCTICA (palabras encadenadas)

OS INVITO A PARTICIPAR Y HACER LOS EJERCICIOS CONMIGO. SI ME LOS MANDÁIS EN COMENTARIO O POR EMAIL, LOS PUBLICARÉ AQUÍ Y PODREMOS APRENDER JUNTOS...


He leído propuestas de este ejercicio en infinidad de lugares. De hecho era una de mis herramientas en las clases de teatro para desarrollar la imaginación y la capacidad de improvisación de mis alumnos-actores.

Creo que aplicarla a la creación literaria puede ser útil al comienzo, como un recurso o una excusa para que se lancen a escribir, que al fin y al cabo es de lo que se trata en un taller: que los que lo hacen, escriban.

Pues desde este punto de partida propongo hoy este ejercicio.

Romper el hielo es el objetivo.
El Sr. Benavides aplica este ejercicio a la creación de una historia real o irreal y hace una reflexión sobre la subjetividad el autor cuando escribe una historia con su propias palabras. Yo no voy a entrar en ese tema aún, porque no estoy preparado para ello y porque no quiero plagiar nada. Y simplemente voy a proponer un ejercicio para romper el hielo. creo que sería una buena forma de concluir la primera sesión del taller literario dónde habríamos presentado brevemente los objetivos del mismo, el programa, la dinámica del curso, las direcciones de correo, el blog y todos los aspectos relativos al funcionamiento del mismo.

Las palabras seleccionadas no deben alterarse en género ni en número, ni en orden, tratando de dejar un mínimo de dos o tres lineas entre la aparición de las mismas.

La selección de las palabras corre a cuenta del profesor como primera opción (de carácter histórico tal vez) o puede proponerse al alumnos que le pregunte una palabra a nueve personas distintas y con ellas hacer el relato. El inconveniente es que no se podrá comprobar que lo haya preguntado antes o haya hecho primero el trabajo y luego diga que lo ha preguntado cuando en realidad no es así. Ya se sabe que los estudiantes son por naturaleza pícaros en estos aspectos ¿Quién no ha sido escolar antes que escritor?

Yo he preguntado nueve palabras a mi mujer y mis hijos: DAME; TIBURÓN; AMOR; HOLA; ESTADOS UNIDOS; CORAZÓN; PAJARITO; MAR MEDITERRÁNEO; BEBÉ JAUME.

Éste es el resultado de mi propio ejercicio:

TIB EL TIBURONCETE 
-          ¡Dame algo!
-          No me queda más dinero hija.
-          Jooooooooooo! Pues yo quiero un juguete. Es injusto que él tenga dos y yo sólo uno.
-          Ya, pero el tuyo es un tiburón chulísimo que vale más que los dos regalos del tete.
-          Jooooooo! Pero es que… Joooooo!
Me mira con esa cara llena de lágrimas, como si la estuviera condenando a la más dura de las penas, por no poder tener ese juguete. Y comienza la discusión entre el demonio del hombro izquierdo y el angelito del derecho (o al revés para no herir suspicacias):
-          Total son 15 euros más y la tengo contenta.
-         Sí pero, si le doy todos los caprichos no aprenderá a valorar lo que cuestan las cosas y que no siempre se puede tener lo que se quiere.
-          Ya pero va a estar todo el día de morros conmigo y para un día que podemos estar juntos y tranquilos no quiero mosqueos…
Piensas que tratas de darle todo el amor del que dispones y todo lo material que puedes para demostrarle que eres un buen "papi" y quieres que élla sea feliz, pero... ¿Dónde está el límite?
-          Hola. ¿Te puedes cobrar sólo este tiburón? Venga Andrea deja la Monster en la estantería. Has dicho que preferías el tiburón.
Y el alma de escritor y contador de historias que una lleva dentro le lleva a imaginar que con un juguete y un poco de imaginación, conseguirás convencer a tu hija que lo que no se consigue con dinero, se puede alcanzar con la imaginación.
-          Mira cariño, vamos a jugar con el tiburón. Es "superchulo" ¿Quieres que Papá juegue contigo? ¿Sí? Mira te contaré una historia…
Érase una vez en un país de América que se llama Estados Unidos que vivía un tiburón bebé cerca de la costa de un lugar llamado Florida, en las cálidas aguas del mar Caribe. 
Tib, que así se llamaba nuestro "tiburoncete" iba con su mamá a todas partes y élla le enseñaba a cazar y a saber con qué pez se puede uno poner en plan tiburón hambriento, con cuál no meterse y a quién ignorar por su falta de sabor y vitaminas. Lo que hacen todas las madres del mundo de buen corazón con sus crías.
-         Papi ¿los tiburones se comen a todos los animales?
-         A todos no hija. Sólo los que hay en el agua, los peces, porque los tiburones no pueden vivir fuera del mar.
-          Entonces ¿no se comería a nuestro pajarito Pichi?
-          No hija no. A no ser que Pichi se escapara y fuera volando hasta el mar  y allí se cayera al agua y entonces se lo comiera Tib… Pero eso es muy difícil porque Tib vive en el mar Caribe que está muy lejos y nosotros en el mar Mediterráneo.
-          Papá ¿puedo jugar con Jaume?
-          ¿Ya te has cansado del tiburón?
-          No, pero ya no me apetece jugar más con él. Luego. ¿Puedo despertar al bebé Jaume y jugar con él?
Y el tiburoncete Tib, el pajarito Pichi, el mar Caribe o el Mediterráneo, vuelven al rincón oscuro donde habitaban en mi imaginación, para volver otro día o no retornar jamás. Una vez más la realidad gana la partida a la irrealidad de las historias para niños.
TXEMA GIL

Presentación del curso

Bienvenidos a este blog. En él pretendo hacer probaturas para tratar de organizar el año que viene un taller de creación literaria histórica con mis alumnos como proyecto de aula y tratando de desarrollar "sesudos" y "bien estudiados" contenidos pedagógicos que ahora no tengo tiempo de ponerme a explicar, pero que haré lo más pronto posible.


De momento mi objetivo es probar cosas, orden de lecciones, ejercicios de práctica y muchas cosas más, ayudándome de los libros de creación literaria que tengo en casa como el que compré hace un tiempo del Sr. Benavides (Consignas para Escritores) y otros que iré refiriendo poco a poco.

Me gustaría que si alguien entra en el blog y quiere ayudarme con este proyecto, aporte sugerencias y me ayude a darme cuenta de los posibles fallos. Estaría muy agradecido. Ya sabéis que intento desde hace años transmitir mi amor por la lectura y por la escritura, especialmente de Historia, de todas las formas posibles. Hasta ahora era de forma individual, pero ahora intento hacerlo con mis alumnos a través de la creación del concurso literario del blog la Magia de la Historia y ahora intento crear un taller didáctico.

OS INVITO A PARTICIPAR Y HACER LOS EJERCICIOS CONMIGO. SI ME LOS MANDÁIS EN COMENTARIO O POR EMAIL, LOS PUBLICARÉ AQUÍ Y PODREMOS APRENDER JUNTOS...