Bienvenidos a este blog de finalidad puramente didáctica. En él pretendo hacer un taller de escritura con mis alumnos/as de ESO y Bachiller del Colegio Sagrada Familia PJO de Valencia destinado a la mejora de su redacción, el fomento de su creatividad e imaginación y el gusto por la lectoescritura.
Estoy mezclando información de Internet y de los libros que tengo en casa para redactar las propuestas de trabajo. Si algún autor se siente molesto o no quiere que sus aportaciones estén presentes en este blog, sólo tiene que remitirme un correo y lo más pronto posible subsanaré la cuestión. Disfrutad de la lectura y de la práctica.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Séptima práctica: El diálogo (I)

Los diálogos es uno de los recursos narrativos que más cuesta dominar. A continuación damos algunos consejos que te ayudarán a hacer hablar a tus personajes de manera correcta:


1. La voz del personaje debe ser la suya, no la tuya


La voz con la que hable un personaje deberá ser la suya propia, y no la del escritor. Así, si el personaje que habla es un niño, deberá expresarse como lo hacen los niños, con frases sencillas y mostrando una cierta inocencia. En cambio, si el personaje es, por ejemplo, un pirata curtido, se expresará de una manera muy distinta:


—No, yo no —dijo Silver—. Flint era el capitán; yo era solamente su cabo, ¡qué podía ser con mi pata de palo! El mismo cañonazo que dejó ciego a Pew se llevó mi pierna. Fue un excelente cirujano el que terminó de cortármela, sí, con título y todo, y sabía hasta latín... Aunque eso no le salvó de que lo colgaran como a un perro y lo dejaran secándose al sol, como a todos los demás, en Corso Castle. La gente de Roberts... Todo les vino por mudarles los nombres a sus barcos, cuando les pusieron Royal Fortune y otros nombres así. Como si se pudiera cambiar el nombre de un barco.


2. El personaje debe hablar según la situación en la que se encuentre


Las voces de los personajes no sólo deberán ser distintas entre ellas, sino que un mismo personaje deberá expresarse de manera diferente según la situación en la que se encuentre en el momento de hablar. Así, si está cenando tranquilamente en un restaurante, podrá hablar con calma, dar detalles, aclarar... En cambio, si está en medio de una batalla, no tendrá tiempo para explicaciones, y deberá limitarse a dar indicaciones rápidas a sus compañeros.


—¡Salgamos, muchachos! ¡Fuera todos! —gritó el capitán—. ¡Vamos a luchar a campo abierto! ¡Los machetes!

3. El personaje debe hablar según el interlocutor al que se dirige


También deberás tener en cuenta la audiencia. Si el personaje le está hablando a un amigo, su tono será relajado. Si se dirige a un superior, se expresará de manera formal. Y si le habla a un niño, su forma de expresarse será otra.

—Y ahora, señor —continuó el doctor—, puesto que no ignoro su desagradable presencia en mi distrito, podéis estar seguro de que no he de perderos de vista. No sólo soy médico, también soy juez, y, si llega a mis oídos la más mínima queja sobre vuestra conducta, aunque sólo fuera por una insolencia como la de esta noche, tomaré las medidas para que os detengan y expulsen de estas tierras. Basta.

4. El personaje no debe decir aquello que no necesita decir


Los personajes nunca deben informar directamente al lector de algo. Sus palabras deben salir de ellos mismos, es decir, estar motivadas por una necesidad de comunicar algo a sus interlocutores en la ficción, y no hablar para que el lector sepa aquello que necesita saber. El autor debe hacer decir a los personajes lo necesario para que el lector pueda seguir el desarrollo de la historia, pero debe hacérselo decir de manera que no parezca forzado.


—¡Cuándo! ¡Por todos los temporales! —gritó Silver—. Bien, pues, si quieres saberlo, te lo voy a decir. Será lo más tarde que pueda. Entonces será el momento. Tenemos a un marino de primera, al capitán Smollett, que está gobernando y bien nuestro barco; están el hacendado y el doctor, que guardan el plano... ¿sabemos acaso dónde lo esconden? No lo sabemos ni tú ni yo. Así que pienso que lo mejor es dejar que el hacendado y el doctor encuentren el tesoro para nosotros, y cuando ya lo tengamos a bordo, ¡por todos los diablos!, entonces ya veremos. Si yo tuviera confianza suficiente en vosotros, malas bestias, dejaría que el capitán Smollett nos llevara hasta medio camino de regreso, antes de dar el golpe.

Los textos pertenecen a la La isla del tesoro, de Robert L. Stevenson.


Puedes leer más sobre la técnica de los diálogos.


Este material pertenece al curso de novela que imparte César Sánchez. 

 

Propuesta de trabajo


UNA PRÁCTICA SOBRE EL DIÁLOGO


Escribe un diálogo en el cual varios integrantes de una familia discutan por asuntos de dinero.
Objetivo de este ejercicio: Nos guste o no, el dinero es una de las fuerzas más dinámicas que hay. No sólo en la economía, sino también en la ficción. De modo que hablar del vil metal ayudará a crear diálogos ríspidos, subidos de tono y, en consecuencia, bien atractivos.

lunes, 23 de junio de 2014

En la angustia del momento, pensé en ti, y no fui capaz de recordar tu voz. (Relato histórico)

Tras dar ayer mismo los premios, hoy empezamos a subir los relatos históricos premiados en la III edición del Concurso de Relatos Históricos y de Viajes organizado por este blog durante el presente curso escolar. Estoy convencido de que no os arrepentiréis de invertir unos minutos en leer estos estupendos trabajos literarios de vuestros compañeros. para el gusto del jurado han sido los mejores con mucha diferencia.


Y os animo a probar a escribir, a inventar historias, a desarrollar vuestra imaginación, a leer, a tener presente y viva en vuestras vidas la buena ortografía y el placer de las letras. Todo ello os llenará como personas y os enriquecerá. Hacedme caso. 

Y si queréis empezar a practicar la escritura os recomiendo uno de mis blogs paralelos, haciendo click aquí, dónde estamos desarrollando un curso de escritura creativa y donde podréis encontrar prácticas muy útiles para lanzaros a la hoja en blanco.

Hoy publicamos el relato que fue galardonado con el SEGUNDO PREMIO ex aequo de la categoria B (los relatos relacionados con el proyecto sobre el Holocausto judío que hemos desarrollado este año y que llevaba por título ARBEIT MACHT FREI)

Su autora es NURIA VALLADOLID, a la que quiero agradecer que me haya permitido publicar el relato en el blog. Espero que disfrutéis de la lectura del relato de Nuria tanto como yo lo he hecho. Aquí está.


En la angustia del momento, pensé en ti, y no fui capaz de recordar tu voz.


Sé que nunca te lo dije, pero cuando te miraba a los ojos, tenía miedo.

Miedo a perderte, miedo a no tenerte. A apagar esa luz propia que tenías, con la oscuridad que yo llevaba dentro. Miedo a arruinar la inocencia con la que me mirabas, cuando yo te decía que no entendía, cómo podías quererme.

Sé que nunca te lo dije, pero cada vez que tú sonreías, yo tenía miedo.

Miedo a ser la razón de tu felicidad, miedo a no serlo. A la posibilidad de que, mi pésimo sentido del humor, junto con mi incapacidad para apreciar lo bonito de la vida, acabarían arrebatándote tu bonita sonrisa, para después arrebatarte a ti de mi vida.

Sé que nunca te lo dije, pero tenía miedo, de tus abrazos, de tus caricias, de tus besos. De la manera en la que gesticulabas, nervioso, cuando discutíamos. De tu risa, de tu olor.

Tenía miedo de todo lo bueno que me dabas, tenía miedo de perderlo. De no saber cómo seguir adelante si te ibas, de no tener suficientes tiritas para pegarme, si alguien me rompía otra vez.

Era 9 de noviembre, o quizá 10. Pero noviembre, eso seguro. Porque yo llevaba tu chaqueta, para resguardarme del frío. Estábamos sentados en el portal de la tienda de tus padres, y yo apoyaba mi cabeza sobre tu hombro, mientras tu fumabas, y mirabas al cielo. Nunca fuiste hombre de muchas palabras, y esa era una de las cosas que me hacían sentirme tan cerca de ti. No llenabas los silencios con palabras estúpidas, porque sabías apreciar la belleza en lo que otros consideraban incómodo.

De vez en cuando comentabas lo bonitas que eran las estrellas del cielo. No como las que nos hacían llevar en las camisas. Y afirmabas, que las cosas sólo podían mejorar. Que esto era el futuro, que esto era 1938.

Y yo sonreía, pensando que no entendías muchas cosas, para ser tan inteligente.

Un ruido de pasos perturbó la calma de la noche. Pasos apresurados, que corrían hacia nosotros. Demasiados para tratarse de únicamente una persona. El viejo Benjamín, muy querido y apreciado en nuestro barrio, dobló la esquina, y empezó a gritarnos algo, con los ojos muy abiertos, y moviendo los brazos, muy nervioso, muy deprisa. El viejo Benjamín cayó al suelo, un alemán arma en mano tras él.

No recuerdo ningún otro detalle de aquella noche. Oigo gritos, huelo humo, veo luces, y siento dolor. Noto cómo tu mano suelta la mía, recuerdo cómo te busco ansiosa entre la gente, sin encontrarte. Me quedo parada, mientras algunos me empujan y me dedican palabras furiosas. Alguien me agarra del brazo y me obliga a correr, y los recuerdos se desvanecen.

Noto cómo tu mano suelta la mía, te busco ansiosa entre la gente, sin encontrarte.

Falsa alarma, sigues a mi lado. A diferencia del viejo Benjamín, o de la señora Petunia, o de cualquiera de los cientos de judíos que han muerto esta noche.

Días después seguimos recogiendo los destrozos de nuestra tienda, cuando unos alemanes nos sacan a golpes. No hace falta que recojáis más, nos dicen. Nos llevan a otra parte a vivir, nos llevan a los guetos. No es que no hubiéramos oído hablar de esta decisión antes, pero no podemos evitar que el miedo nos golpeé. Yo sigo temiendo más por tu vida que por la mía, así que me pego mucho a ti, como queriendo proteger mi territorio. Un soldado me insta a coger todo aquello que quiera llevarme conmigo. Esto es todo lo que quiero llevarme, pienso, mientras te cojo de la mano.


Nos unimos a una larga fila de judíos que caminan por el medio de la calle. Parecemos un rebaño de animales, aunque jamás he visto a un ser humano despreciar tanto a los cerdos siquiera. Hay mucha gente mirándonos desde las aceras. Algunos nos escupen, pero lo aceptamos con resignación. A nadie le quedan fuerzas para defenderse, pisoteamos la poca dignidad que nos queda con nuestros pies, de lo cerca que está ya del suelo. Es eso o morir, y, sinceramente, nunca he tenido una autoestima muy elevada. Así que qué más da, si me escupen.

Lo alemanes lo llaman Beuthen, yo lo llamo el infierno. Pero lo digo muy bajito, prefiero el infierno de mi vida, que el que me espera si me matan.

Mamá se queja mucho de lo pequeña que es nuestra casa, papá le contesta que más que en una casa pequeña, vivimos en una habitación grande. Es difícil meterlos a ellos dos y a mis cinco hermanos bajo el mismo techo sin que las discusiones se conviertan en habituales. Muchas veces daría lo que fuera por estar en cualquier otro sitio, pero el panorama que me ofrece la calle es hartamente desagradable. Y no tengo fuerzas, para ver otra vez cómo la gente come del suelo. Cómo los alemanes disparan a un niño por pura diversión, cómo los ancianos raquíticos se arrastran en busca de empleo.

Esto es el futuro, esto es 1938.

Tú trabajas mucho, y vives lejos, y nos vemos poco. Estás distante y más delgado, y ya no comentas la belleza de las estrellas. Hace semanas que mi corazón se agrieta, y me pregunto, cuánto tardará en partirse en dos. Te quejas mucho de las condiciones bajo las que vivimos, y me miras con lástima, cuando te digo, que al menos nos tenemos el uno al otro. No sabes nada de la vida, me dices, y miras a otro lado, como si te molestara mi estupidez.

Ya no gesticulas al hablar, ya no te brillan los ojos. No destilas inocencia, y te esfuerzas en llenar cualquier silencio con palabras, como si fueras uno más.

He enumerado las razones que pueden haber acarreado estos cambios.

He sacrificado noches de sueño, por intentar entender, qué han hecho contigo.

Los alemanes lo llaman Beuthen, yo lo llamo el infierno. Y lo digo muy alto, porque desprecio el infierno de mi vida, y anhelo el que me espera si me matan.

Es 1942, pero, qué más da eso.

Mamá tiene canas, y Judith ya no está entre nosotros.

Tú te has cortado tu bonito pelo rubio, y apenas es apreciable. Tus ojos han oscurecido, y tus visitas son más breves.

Hoy hace especialmente calor. Soldados alemanes han seleccionado a varios de nosotros, y nos han conducido a la plaza más grande del gueto.

Un hombre robusto pasea entre nosotros, desnudándonos con la mirada. Nos separa en dos grupos. Tu mano suelta la mía, no te han asignado conmigo.

Habéis sido seleccionados para ser trasladados a un lugar mejor, dicen. El resto de vosotros los acompañaréis más tarde.

Pero cómo va a ser un lugar mejor, si tú no estás a mi lado.

No quiero el cielo si no es contigo.


Llega un tren, y todos los que hemos sido seleccionados entramos dentro. Me susurras al oído, me acaricias como solías hacer. Estarás bien, prometes. Pronto estaremos juntos, me dices.

La puerta se cierra, y todo está oscuro. Algunas mujeres chillan. Yo no, ya nada me importa.

Sé que nunca te lo dije, pero cuando te miraba a los ojos, tenía miedo.
Miedo a perderte, miedo a no tenerte.

Sé que nunca te lo dije, pero en la angustia del momento, en la oscuridad del tren, pensé en ti, y no fui capaz de recordar tu voz.

Me mentiste descaradamente, me dijiste que estaríamos bien. Que pronto estaríamos juntos.

Sé que nunca te lo dije, pero una noche, al quitarme la camisa, me fijé en la estrella cosida en ella, y sonreí, porque tenías razón. Las del cielo son mucho más bonitas.

No sé si llegaste al campo, yo ya no estaba allí para recibirte.

Oigo gritos, huelo humo, veo luces, y siento dolor. Noto cómo tu mano suelta la mía, recuerdo cómo te busco ansiosa entre la gente, sin encontrarte.


Nuria Valladolid (4t ESO B)



Guanyadors del III Concurs de Relats Curts Històrics i de Viatges edició 2014

El passat dimecres, al marc de la XVI Setmana Cultural del nostre centre es lliuraren els galardons de la tercera edició del...

III Edició Any 2014

Cal dir que la participació enguany ha sigut major i la qualitat a poc a poc va en aument. Vull donar l'enhorabona a tots els alumnes participants pel seu esforç i treball que a ben segur, serà beneficiós per a la seua formació.

Foto: Todos los premiados de este año (falta Nuria). Enhorabuena

També vull donar les gràcies en especial als meus companys Mario F. Julián (professor de Socials d'ESO) i María Aragón (professora de Llengua Espanyola a Batxillerat) que han fet de jurats en aquesta edició per la seua colaboració desinteresada i les hores invertides en la lectura dels relats. Gràcies companys.

Els resultats són els següents:

CATEGORIA A (històrics i de viatges)


Segon Premi

PATRICK FERRER de 4t ESO A

amb el relat Cinco días en Vietnam, un relat ambientat a la guerra de Vietnam on es mostra amb un estil epistolar las penúries de la guerra.


Primer Premi

ÁRISA HORIE de 3r ESO A

amb el relat Memorias de Denisse, un relat ambientat al París ocupat pels nazis durant la Segona Guerra Mundial, amb una narració dels fets molt ben documentada i on s'enllaça una trista història d'amor. Amb un llenguatge molt treballat i uns personatges molt ben definits, aquest ha segut el relat guanyador entre més de 80 participants. I això té molt de mèrit. Enhorabona Àrisa.


Foto: Campeona y subcampeón del III concurso de relatos históricos del PJO en la categoria A
Àrisa i Patrick, guanyadors de la categoria A

CATEGORIA B 
(temàtica relacionada amb l'Holocaust jueu, amb motiu del projecte Arbeit Macht Frei)


Segon Premi (EX AEQUO)

MARÍA MORAGÓN de 1r de Batxillerat
NURIA VALLADOLID de 4t ESO B

María Moragón va guanyar aquest premi amb el relat titolat La alambrada del amor, un relat on es narra un triangle amorós entre un jueu, un oficial de les SS i una jueva. Els sentiments es desborden en aquest relat elaborat amb un llenguatge molt prosàic. Un fantàstic treball que estigué a un pas de guanyar el concurs.


Nuria Valladolid escrigué un relat titolat En la angustia del momento, pensé en ti, y no fui capaz de recordar tu voz. La poesia de la veu de Nuria com a narradora és un fet evident i el seu talent és indiscutible. Si continua escrivint Núria serà una grandíssima escriptora. Jo ja vos he avisat. Tal volta no ha guanyat el concrus pel fet de que la narració de Nuria tracta sobre una història d'amor ambientada a aquest moment històric, Un tema que ha estat tractat per molts participants en aquesta edició. Ara bè, és una delícia llegir la poesia de Nuria. Ja m'ho direu...


Foto: Las ganadoras de la categoría B del concurso de relatos históricos del PJO. Andrea campeona y Maria subcampeona junto con Nuria. Gran trabajo chicas
A l'esquerra María i a la dreta Andrea, que junt a Núria
que no volgué eixir a la foto, son les guanyadores de la categoria B

Primer Premi

ANDREA BARBERÁ de 1r de Batxillerat

amb el relat titolat ¿He sido yo? un molt original relat amb un sorpresiu gir al final que et deixa bocabadat. Un regal i una caixeta de soldadets de joguet marcaran el transcurs de la II Guerra Mundial. La clau del seu èxit ha estat en l'originalitat de la història, molt imaginativa i malgrat alguna errada als temps verbals, molt ben escrit, molt dinàmic. Una història que t'atrapa i que podria figurar en qualsevol antologia de relats que es publiquen huí en dia per ahí. Guanyadora indubtable del concurs per al jurat.

Enhorabona Andrea i no deixes d'escriure. El profe se troba molt orgullós d'haver-te "obligat" a escriure enguany, estava segur que faries molt bon paper al concurs. Tens molt de talent. Només has de deixar-lo eixir.

Foto: El jurado, el organizador y los premiados de la III edición del concurso de relatos históricos y de viajes del blog didáctico LA MAGIA DE LA HISTORIA. Gracias a Mario y María por ser jurados y a todos por participar. Y enhorabuena a los premiados
D'esquerra a dreta, Mario (jurat), María, Andrea, Árisa, Patrick i jo mateix.

Moltes gràcies de nou tothom i ens vegem a la IV edició. 
Enhorabona als premiats. 
Als pròxims dies publicarem els relats guanyadors al blog.
Espere que els gaudiu igual que ho hem fet nosaltres

miércoles, 21 de mayo de 2014

Pausa productiva



Con la intención de que hagáis un relato para participar en el concurso de relatos históricos que he organizado en el colegio (las bases las tenéis en la columna de la derecha) y además os concentréis en los exámenes finales que ya asoman en lontananza, dejamos en pausa las sesiones prácticas hasta al menos mitad de junio.

Un saludo y suerte en los exámenes.

lunes, 5 de mayo de 2014

SEXTA PRÁCTICA ( los personajes I )


Para enfrentarte a la creación de uno o varios personajes de ficción lo mejor es partir de uno mismo. Piensa que el personaje de una novela, cuento u obra literaria a quien más se debe parecer es a los propios seres humanos. Por eso lo más normal es que tenga virtudes y defectos, aunque, por supuesto, en tu historia sobresaldrán más unos que otros. Estos, junto con sus gustos, sus decisiones, manías, etc. lo convertirán en un personaje que se distinga de otros, aunque se parezca a ellos. 

Un personaje literario va forjando su propio destino a través de la narración haciendo que avance la acción y, para ello, el escritor tiene que preguntarse y responder constantemente por qué: 
  • ¿Por qué le pasa esto a mi personaje? 
  • ¿Por qué reacciona así? 
  • ¿Por qué piensa de este modo? 


Si te haces estas preguntas y las respondes basándote en tu propia experiencia y conocimiento del mundo habrás conseguido que “tus criaturas” sean verosímiles.

Cuando ya tengas al personaje y sepas lo que le pasa, lo que le va a ocurrir y cómo le afectará esto, no te olvides de describirlo. Acuérdate de que hay varios tipos de descripción: 
  • Física (prosopografía) y psicológica (etopeya) 
  • También podemos describir a los personajes de una forma objetiva o de una manera subjetiva. Elige la que mejor te sirva para lo que quieres contar.
Aquí tienes dos ejemplos de descripción: la primera pinta a los personajes física y psicológicamente añadiendo la subjetividad del narrador; la segunda pretende ser más objetiva y vuelve a sumar lo psicológico a lo físico.


a) Estaba rodeado de cretinos. En serio. En la mesa de la izquierda, casi encima de mis rodillas, había una pareja con una pinta un poco rara. Eran de mi edad o quizá un poco mayores. Tenía gracia. Se les notaba en seguida que bebían muy despacio la consumición mínima para no tener que pedir otra cosa. Como no tenía nada que hacer, escuché un rato lo que decían. Él le hablaba a la chica de un partido de fútbol que había visto aquella misma tarde. Se le contó con pelos y señales, hasta la última jugada, de verdad. Era el tipo más plomo que he visto en mi vida. A su pareja se le notaba que le importaba un rábano el partido, pero como la pobre era tan fea no le quedaba más remedio que tragárselo quieras que no. Las chicas feas de verdad las pasan moradas, las pobres. (El guardián entre el centeno)



b) El muchacho sólo tenía dieciocho años, y el año anterior había terminado la enseñanza secundaria. Era alto y fornido para su edad, y únicamente sus facciones revelaban su juventud. Su piel estaba tan tostada como sólo el sol es capaz de tostar una epidermis, tenía esa nariz bien formada tan característica de los habitantes de una isla y los labios resecos y agrietados. Sus ojos azules eran muy claros, pero no era la suya la claridad del intelecto, sino ese don que el mar concede a quienes se ganan en él su sustento. A decir verdad, sus calificaciones escolares habían dejado mucho que desear. Aún llevaba la misma ropa con la que salía de pesca a diario, unos pantalones heredados de su difunto padre y una camiseta de lienzo basto. (El rumor del oleaje)



Ejercicio para la composición de un personaje literario

(Individual. Escrita) Invéntate un personaje que tenga los defectos de tu madre y las virtudes de tu padre, o al contrario, y ponle algún rasgo físico de alguno de tus hermanos o amigos. 

Dótale de alguna manía, tic nervioso o gesto recurrente que lo distinga de cualquier persona. Descríbelo física y psicológicamente explicando en qué situación se le nota ese tic nervioso, gesto recurrente, manía y cómo la desarrolló.

martes, 15 de abril de 2014

QUINTA PRÁCTICA (el narrador II)

Hoy trabajaremos la segunda persona, un género directo y complicado. Se suele hacer pesado si se mantiene durante mucho tiempo, pues el lector se siente interpelado continuamente, pero que la mismo tiempo le suele dar mucho dinamismo a un relato. hay autores que lo combinan en momentos concretos, pero es un arte difícil de dominar. nosotros vamos a hacer una pequeña práctica, y así practicamos con un recurso más que podemos utilizar en cualquier momento de un relato o por qué no, atrevernos a hacer un relato completo en segunda persona.




 -------------------------------------------------------- (Aquí va la teoría)

(sacado del blog http://www.literautas.com/es/)

Rara vez nos encontramos con un texto de ficción narrado en segunda persona (dirigido a ti o a vosotros), pero sí existen algunos casos. Este tipo de narrador se usa mucho, por ejemplo, en los blogs.

También se puede usar en el género epistolar y muchas veces nos encontramos con cartas dentro de una novela o una historia mayor que están escritas así. Sin embargo, estos no son casos de narradores en segunda persona que quiero tratar aquí, sino un narrador en segunda persona algo más complicado, que va más allá y se dirigir directamente al lector.

En Si una noche de invierno un viajero”, de Ítalo Calvino, el narrador en segunda persona actúa a modo de un máster de juego de rol, intentando que el lector se identifique con el personaje principal y se meta, a través de la imaginación, en su propia piel. 

Otra obra mucho más reciente que nos muestra un caso de narrador en segunda persona es Diario de invierno”, de Paul Auster

 En esta biografía novelada Auster se dirige al lector en segunda persona contando su propia historia, ya que la idea que pretende que se desprenda del libro es que sus emociones y vivencias son cotidianas, normales, y podrían ser las de cualquier otro. De esta forma, a través del narrador en segunda persona, el autor logra el curioso efecto de que el lector viva la vida de el escritor como si le hubiese sucedido a él.

Como muestra, aquí os dejo el inicio de Diario de Invierno:

Piensas que nunca te va a pasar, imposible que te suceda a ti, que eres la única persona del mundo a quien jamás ocurrirán esas cosas, y entonces, una por una, empiezan a pasarte todas, igual que le suceden a cualquier otro”.

Y aquí va una lista de las principales características del narrador en segunda persona:

El lector es el protagonista:

El narrador tiene que conseguir el efecto de que los acontecimientos de la historia los protagoniza directamente el lector.

Describe e intuye:

La carga psicológica al escribir con este tipo de narrador es muy importante. Como si de un buen máster de rol se tratase, el narrador tiene que describir bien lo que ocurre para que el lector se visualice a sí mismo en medio de la escena. Además, ha de intuir las reacciones del lector para poder adaptarse a sus emociones y pensamientos. De otra manera, el lector se sentirá estafado. Esto es, si quieres que se emocione, el narrador tendrá que lograr que el lector se emocione a través de la descripción y de los acontecimientos. De poco servirá que le digas: “Ahora estás emocionado” si no logras que llegue a ese punto por su propio pie.

La ambientación es fundamental:

Precisamente para lograr que el lector se emocione o se divierta, que viva la historia como propia y entre en el juego, la clave estará en la ambientación. Tienes que crear una atmósfera real (que no necesariamente realista) y con el peso suficiente como para envolver con ella al lector.

El tiempo es el presente:

El lector no tiene realmente los recuerdos que intentas generarle, no ha vivido esas experiencias, sino que las está viviendo en tiempo presente. Por eso es importante que uses los verbos en presente para dirigirte a él, como si de un guión se tratase. El lector es el actor que interpreta el papel que tú has creado.
De cualquier forma, piénsatelo bien antes de ponerte a escribir un texto en segunda persona. Tiene que ser algo muy específico que de verdad lo requiera y además hay que saber hacerlo bien, porque si no es muy posible que los lectores se sientan confusos con este narrador.

Propuesta de trabajo

A partir de la siguiente imagen redacta un relato en segunda persona mínimos de 200 palabras (más o menos un folio y medio en un word.



jueves, 27 de marzo de 2014

CUARTA PRÁCTICA ( el narrador I )

Bienvenidos de nuevo a todos/as.

Después de las primeras tres sesiones en el que objetivo fundamental era romper el hielo, superar el trauma del papel en blanco y donde os propuse una serie de ejercicios para practicar de una forma más genérica diferentes aspectos, especialmente la inspiración y la descripción de espacios y personas, vamos a afrontar ahora un minibloque de tres sesiones más o menos en el que trabajaremos aspectos relacionados con la forma de narrar una historia.

Vamos a buscar hoy la mejor voz. No no os asustéis que esto no es Tele 5 ni vais a tener que cantar. Me refiero a la voz narrativa. Es muy importante escoger adecuadamente quién nos cuenta la historia, quién será el narrador. Ya sabéis que hay tres personas o tres modalidades (la primera, segunda y tercera persona del singular -el yo, tú él de toda la vida-)

A menudo surge de forma espontanea la voz adecuada cuando se nos ocurre algo que escribir, pero cuándo escribimos de una forma más habitual, debemos de buscar la voz apropiada para lo que queremos contar. Todas las historias suelen funcionar mucho mejor de una forma o de otra. es muy importante pues realizar una elección adecuada.

Y también hemos de tener en cuenta, para usar el enfoque y el lenguaje adecuado, si el que cuenta la historia es un niño, una mujer, un adolescente, un anciano, un universitario o un habitante de los bajos fondos por poner sólo algunos ejemplos. Pero esto ya lo trabajaremos más adelante. 

El narrador puede estar dentro de la historia o fuera de nuestra historia o las dos cosas a la vez. Me explicaré mejor con un ejemplo:

En el fragor de la batalla no era consciente de lo que en realidad ocurría a mi alrededor. La sangre resbalaba por mi espada y no dejaban de aparecer nuevos enemigos a los que enfrentarme, no había respiro, no había descanso, no había un mañana. Era ese momento, el instante sublime en el que morir o matar. Cintaba, atacaba, sesgaba, retrocedía, avanzaba: sobrevivía.

En cambio, a mi lado mis compañeros seguían cayendo. Por el rabilo del ojo vi caer a Lucio. Él que tenía cuatro hijos y que se había visto obligado a defender a su patria ante el ataque de los enemigos, él que era un buen hombre y qué jamás había hecho otra cosa que cumplir con sus obligaciones, amar a su esposa y criar a sus hijos. Él moría, yo vivía. ¿Por cuánto tiempo más? 

En esta microhistoria que me acabo de inventar vemos como se alternan dos voces narrativas, la primera y la tercera y esa es una ventaja para el que narra una historia en primera persona. Se puede convertir en protagonista de la trama y al mismo tiempo puede ser un observador de la realidad que pasa a su alrededor narrándola en tercera persona.

Otro ejemplo, el más habitual y el que más juego suele dar, es el narrador omniscente, es decir, el que narra la historia en tercera persona. Un pequeño ejemplo:

Francisco salió de su casa y comenzó a caminar. Sus pasos le condujeron hasta el parque dónde trataba todas las mañanas de encontrarse de manera "accidental" con Élla. La misma chica, la misma hora, el mismo paseo, el mismo perro. A pesar de haber pasado seis meses observándola, no sabía nada de ella. Sólo sabía que le gustaba mucho, que su vida giraba en torno a aquel minuto en el que poder verla pasar. Los abuelos daban de comer a las palomas en los bancos sin prisa alguna, las madres acompañaban a los niños a los columpios, muchos corredores aprovechaban el aire limpio del parque para hacer footing. El mundo giraba, y sólo se detenía cuando aparecía Élla.

En este otro ejemplo, el narrador lo sabe todo, es una especie de Dios que crea su mundo, que conoce todos los secretos de sus personajes, que pueda entrar y salir de la mente de caulquiera de sus personajes, que puede crear el paisaje y parque como quiera, puede detenerse o avanzar, ponerse en el lugar de uno o de otro. Es todo poderoso, es omniscente. Es como una cámara o una voz en off que habla o calla lo que quiere.

Y después está la segunda persona, la más ambigua, la más dificil para mi. Un ejemplo:

Te detienes frente al escaparate y observas el interior. Miras a derecha e izquierda tratando de encontrarla. No le ves y pataleas el suelo nerviosa. Estás empezando a desesperarte, sudas a pesar de que estamos en enero y hace un frío de mil demonios, pero los nervios te traicionan. Será hoy o nunca, acabarás con este asunto o sucumbirás en las redes de la locura. Conseguirás aquel microchip o la CIA acabará contigo más pronto o más tarde. 

Este es un narrador ambiguo. No sabemos nada de él, no nos da pistas. No sabemos si es testigo de los hechos o está fuera como narrador omniscente. ¿Quién es esa voz que interpela a nuestro protagonista? ¿es parte de la historia? ¿Es bueno O es malo? ¿Interviene o no? Es muy misterioso y se le puede sacar mucho partido en relatos breves.

PROPUESTA DE TRABAJO

Perdonadme si hoy me he extendido en exceso, pero era necesario. Hoy vamos a continuar una historia que os voy a proponer a continuación y que narraré en tercera persona, pero cambiando a la primera. 

Francisco acabó de trabajar un poco más pronto de lo normal y arrastrando sus pasos llegó a casa. Casi ningún cliente había aparecido hoy en el local y el jefe decidió cerrar. Ahorrar un poco de luz y descansar no vendría mal. Al día siguiente sería viernes y el fin de semana siempre era mejor para el negocio. 
Abrió la puerta silenciosamente, era medianoche y su mujer debería estar durmiendo ya. Le extraño el sonido de voces y los murmullos que provenían de la habitación. Enfiló el pasillo y se dirigió hacia el tenue resplandor.

Continuad la historia de Francisco en primera persona. Echadle imaginación. Ánimo.

jueves, 20 de marzo de 2014

TERCERA PRÁCTICA (la inspiración)

Escribir es una cuestión vocacional. No escribes para ser rico, ni para ser famoso, ni para recibir alabanzas, ni para perseguir el reconocimiento. escribes porque te gusta, porque lo disfrutas, porque te lo pide el cuerpo.

Lo disfrutas, los gozas, descargas sentimientos, vuelcas inquietudes, das rienda suelta a tu espíritu. Hay momentos en los que la Musa te atrapa, te susurra al oído. Ten siempre boli y papel a mano. ¿Vas a dejar pasar esa idea?

Inspiración significa recibir aliento. Es hija de la mamá imaginación y prima de la creatividad. Su padre es el trabajo. Aquí os dejo un enlace a una página web donde hay nueve consejos para potenciar la creatividad que son muy interesantes.

Ya tienes la Idea, no la has dejado escapar, la has anotado, la has esbozado y te has entregado a élla. Bailará en tu cabeza durante mucho tiempo o se irá para volver o no regresar jamás. Tampoco pienses que todas tus ideas, todo lo sugerido por la Musa será el germen de algo más. Tal vez la recuperes años después, tal vez la olvides, tal vez la mezcles con otras. pero si no las tienes anotadas se perderán. Y eso no lo debemos permitir.

Y cuando la Idea te atrape, se irá abriendo camino en tu mente hasta que llegue un momento en el que no podrás aguantarlo más y se te sentarás a plasmarla. La historia te pedirá cuándo escribirla.

¿Y cómo la escribimos?

Lo primero de todo es que nos tenemos que creer lo que contamos. Y luego debemos facilitar los mecanismos de la inspiración. Uno de esos mecanismos, el inicial es la pura y simple observación. Siendo sensible a nuestros sentidos y a la forma de percibir las cosas, los que escribimos somos buenos y pacientes observadores. O deberíamos serlo.

Aquí llega el ejercicio de hoy:

Si en la sesión anterior describimos personas, otra forma de observar nuestro entorno es describir lugares. y para ello vamos a hacer dos cosas. O bien nos levantamos de la mesa y durante un rato nos asomamos a la ventana para contar lo que vemos o bien, salimos a dar una vuelta por el barrio y buscamos ese lugar en el que nos sentimos bien, que nos gusta, que tiene encanto, que no sabemos explicar porque motivo nos atrae. Un parque, un banco en una calle, un lugar en las alturas, un rincón mágico, un lugar vulgar... Tú eliges.

Pero no lo vamos a hacer desde vuestro punto de vista. No, sería demasiado fácil y obvio. Vamos a usar la visión de una tercera persona ajena a nosotros mismos: un niño que se columpia, un anciano que observa la vida pasar, un repartidor atareado que no puede aparcar, un taxista que ha parado a fumarse un cigarrito, un comerciante que se queja de todo, una meretriz en una esquina, una paloma en un árbol. Tú eliges.

También os recomiendo una técnica de observación que le leí a Paulo Coelho en un libro sobre el Camino de Santiago y que consiste en ralentizar la marcha para ver mejor. Muchas veces observamos las cosas muy deprisa. Hoy vamos a convertirnos en caracol y vamos a ir mucho más despacio. Observaremos más escucharemos más, repararemos en detalles que antes no habíamos tenido en consideración. Pruébala. Seguro que te resultará interesante.

Un saludo y hasta la próxima.




miércoles, 12 de marzo de 2014

SEGUNDA PRÁCTICA (la descripción de personas)


En un relato es importante el contenido (ritmo, personajes, bellas palabras…) pero ese contenido debe llevar implícito un continente, un espacio donde se desarrolla la trama, el pensamiento, la batalla, la acción: una casa, una habitación, una montaña, un campo de batalla, una persona…

Describir algo o alguien es expresar con palabras la visión del mundo que te rodea. En Literatura hay veces que el autor deja libre la percepción del lector, que se imagina a su forma dónde se está desarrollando la trama o cómo es la persona que nos conduce por las páginas, la persona a la que nos encontramos, etc.

Hoy nos centraremos en las personas. Describir una persona puede ser una excusa para tirar de tópico: bellos ojos, preciosa sonrisa, pelo rubio como el sol, dientes blancos como el mármol…
Los autores tratan de aportar algo nuevo cuando escriben y por ese motivo debemos huir de los tópicos, que no aportan nada y son considerados por el lector como una falta de recursos y de imaginación. Bajo mi modesta opinión, si vas a decir que tiene cuerpo de diosa, es mejor que no digas nada y dejes volar la imaginación del lector.

Es mejor sugerir que mostrar. Esa es mi conclusión (y la de otros muchos) al respecto.

Aunque también es cierto que una buena descripción de una persona ayuda a entender su forma de actuar o de pensar. Tenemos que decidir qué datos del personaje son los más relevantes para la descripción. Es decir, que nuestro comentario sobre ese aspecto aporte aspectos destacables sobre su personalidad y evitemos explicar cosas que no son necesarias.
Y ahora el ejercicio de hoy:
Debemos hacer una descripción de una persona, lo más guapa o fea posible que queramos incluir en un relato. Imaginad una situación y la aparición de alguien que nos deja sin aliento. Describe por qué te deja así y como es.

Ánimo.

OS INVITO A PARTICIPAR Y HACER LOS EJERCICIOS CONMIGO. SI ME LOS MANDÁIS EN COMENTARIO O POR EMAIL, LOS PUBLICARÉ AQUÍ Y PODREMOS APRENDER JUNTOS...